jueves, 21 de mayo de 2015

Canciones de Micieces de Ojeda: MES DE MAYO (III)




   Al igual que nuestros pueblos se van quedando sin gente, su patrimonio cultural activo se va perdiendo. Poemas, romances, canciones, dichos, anécdotas, cuentos... que se cantaban en las iglesias o que nos contaban y cantaban al amor del fuego en  las largas noches invernales, son ya desconocidos para muchos.
¡Y es una pena que se pierdan sin más!



MES DE MAYO.

MADRE MÍA QUE ESTÁS EN LOS CIELOS.


1.      Madre mía que estás en los cielos,
envía consuelos a mi corazón.
Cuando triste llorando te llame,
tu mano derrame feliz bendición.

2.      Es el mundo sirena engañosa
que en copa de rosa nos brinda beber.
Y al tocarla los labios sedientos
recibe tormentos en vez de placer.
 
3.      Luna bella de eternos fulgores,
manojo de flores, corona inmortal:
embalsame mi pecho tu ambiente
y alumbre mi mente tu luz celestial.

4.      En ti sola puso confianza,
mi dulce esperanza fijéla yo en ti.
Siempre, oh Madre, tu amparo reciba
en tanto que viva amándote a ti.
 
5.      Es tu pecho jardín de delicias
donde descansa tranquilo el Señor,
tu mirada es fuente de vida,
son tus labios dos llamas de amor.




                   6.    Con torrentes de luz que te inundan  
                                               los ángeles besan tus pies,
                                               las estrellas tu frente circundan
                                               y hasta Dios complacido te ve.

7.      Pues llamándote pura y sin mancha,
de rodillas los hombre están
y tu espíritu arroba y ensancha
tanta fe, tanto amor, tanto afán.

8.      Flores, flores, que al templo ya vienes,
en tu trono de luz y a tus pies
querubines y arcángeles tienes
más que espigas y granos de mies.











OH VIRGEN MÁS PURA

Oh Virgen más pura que le nardo y la rosa,
Madre más hermosa que el fúlgido sol:
atiende mis ruegos y escucha mi canto
y enjuga mi llanto de amargo dolor.
Ya sé que eres buena cual nadie lo ha sido,
por eso rendido te vengo a implorar,
y ante tu imagen postrada de hinojos,
con llanto en mis ojos te vengo a rogar.
Cuando yo era niña mi madre querida
a amarte en la vida, feliz me enseñó.
Amándote tanto, cual nadie ha querido,
su encargo he cumplido,
su encargo he cumplido, oh Madre de amor.




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Himno a Micieces de Ojeda