viernes, 7 de febrero de 2014

Fuentes de Micieces de Ojeda: VALDELACALLE (I y II)




Valdelacalle I (15) y Valdelacalle II (16)












VALDELACALLE

(José Luis Rodríguez I.)



Donde el camino de Micieces al Indiviso se cruza con el de Payo a Báscones, el Valle se estrecha, hace un poco de revuelta, derecha-izquierda, y sigue hacia el Indiviso. Pero aquí mismo, en este cruce de caminos, termina otro valle, no profundo, sí amplio, que se descuelga del monte más alto del término municipal de Micieces: el Cueto con 1050-1061 metros de altitud. La cima, a lo largo de todo este sistema montañoso, hace de línea divisoria de vertientes: al sur y oeste sus aguas van al Boedo, y al norte-este-sur  van al río del Valle, luego al de Micieces, de aquí al Burejo y, después, todas al Pisuerga. Hace de divisoria también entre Micieces y Oteros y Báscones.


Este valle se llama Valdelacalle. Y el camino antes dicho (ahora es de los de concentración, bastante arreglado) lo cruza más o menos de norte a sur aprovechando la ladera de una protuberancia longitudinal que separa  este valle  del siguiente que ya es Indiviso.

Pues en este valle de Valdelacalle, más o menos a su mitad y en la izquierda de su subida, hay varios manantiales (Valdelacalle I y II) que desaguan en un arroyo, que más abajo cruza el camino, recoge también las aguas del Cañón y va a desembocar en el cercano río del Valle o del Indiviso. Antes se perdían sin más en el río, menos cuando se aprovechaban para regar una o dos tierras de la misma ribera del río.

Cuando Micieces decidió poner agua corriente en las casas, se barajaron varios manantiales como posibles para dar de beber al pueblo. Y después de los consabidos acuerdos y desacuerdos, se llegó a la conclusión de que la mejor solución era recoger los manantiales de Valdelacalle y traerlos al pueblo. ¿Que estaba lejos? Para eso inventaron las tuberías. ¿Que si no daba la altura? Se midió y sí la daba. Así que se hizo la obra, se recogieron aquellos manantiales, se entubaron  y, sin necesidad de motores, por su propio peso (ley de los vasos comunicantes) el agua llegó al depósito y de ahí, a las casas (Valdelacalle I).


Posteriormente alguno de estos manantiales resurgió por su propia fuerza (Valdelacalle II). Ahora está arreglado como fuente y junta sus aguas abajo con las del calce del Cañón.







Otras fuentes:

- San Lorenzo.
- San Andrés.
- Fontesoñas.
- El Cañón.
- Camino de Oteros.
- La Fuente.
- El Majuelo.
- Las fuentes de Micieces.



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Himno a Micieces de Ojeda