viernes, 16 de junio de 2017

Micieces de Ojeda. SAN BERNABÉ, EL DE MICIECES (III). La restauración.


San Bernabé, ahora.
San Bernabé, antes.


Antes y después.

SAN BERNABÉ

DE LA IGLESIA  PARROQUIAL DE Micieces de Ojeda  ─Palencia─


LA RESTAURACIÓN

(Inicio de la restauración: Octubre de 2015. Finalizada en: Junio, 2016).


... que Zamora no se conquistó en una hora,
ni san Bernabé se restauró en tres.


El caso es que el san Bernabé de Micieces se cayó en la procesión de aquel año (2015) y se rompió la cabeza, el brazo, la peana, el pelo, el  manto… Que el santo nos perdone, pero quedó hecho cisco: un auténtico mártir, vamos. ¡Un eccehomo, pero en roto! Aparte de la caída y las roturas, el mal lo llevaba por dentro desde hacía muchos años: la carcoma se iba comiendo la madera, sobre todo las partes más blandas. Lo raro es que hubiese resistido las procesiones de tantos años sin haberse caído antes.
─Y una comisión, o algo así, de mujeres del pueblo,  ─me cuenta la técnica miciecense que se responsabilizó de hacer la restauración del san Bernabéacudió a mí para ver qué se podía hacer con la imagen de nuestro santo. Sabían que yo entendía de restauraciones, porque ya había restaurado una talla pequeña de la iglesia. Yo les puse una condición que tenía que quedar muy clara para todo el mundo: “─El párroco debe dar permiso expreso para poder hacer la restauración”.  El párroco lo dio ─era don Ventura G.─ y yo me llevé el santo a Zamora, que es donde tenía el material de trabajo y donde estaban las personas que me habían de ayudar.
Para restaurar la imagen del san Bernabé de Micieces, formamos un equipo básico de tres personas, más otras colaboradoras esporádicas. Las tres somos aficionadas a estas actividades artísticas y las tres tenemos estudios relacionados con estas materias y con la enseñanza del arte: una es restauradora oficial de la catedral de Zamora y del patrimonio cultural de la diócesis; otra es profesora de dibujo; y la otra, profesora de arte.
         Por supuesto, las tres somos aficionadas a esta rama de la artística, tenemos base de estudios suficientes, sabemos cómo se deben hacer las cosas, qué materiales hay que utilizar, qué técnicas… y todo lo demás. Y, además, tenemos gusto por estos quehaceres.  Dirigía el equipo una auténtica profesional en la restauración de obras artísticas, del equipo de la catedral de Zamora. Las tres hemos trabajado en restauración de obras de arte, esta no era la primera, ni mucho menos, y formamos parte del equipo de restauración de la catedral de Zamora.

La imagen de san Bernabé es talla de madera, pero no de una pieza, ni de una única clase de madera: el cuerpo es de frutal; la peana es de pino; el manto es de un tipo de madera muy blanda.


Carcoma en el manto.
Lo primero que tuvo que hacer el equipo restaurador fue matar la carcoma, curar la madera y darle consistencia y dureza.


Peana deshecha por la carcoma.

Carcoma en la cabeza.

La policromía de la imagen es buena: la túnica, azul oscuro tachonada de estrellas doradas; el manto, en rojo de varios tonos, con una orla dorada al borde, y el forro, en tono diferente. El estofado (especie de esgrafiado con la base de oro),  es de buena calidad, lo mismo que lo es el pan de oro original. En realidad el san Bernabé representa a un noble romano o helénico con su característica forma de vestir que resalta su nobleza.
Carcoma en el manto, debajo de la policromía.


Ha tenido a lo largo del tiempo otras varias restauraciones, arreglos, barnizados, repintados… 
─Con sumo cuidado, quitamos todas las capas adheridas hasta llegar a la pintura original y, entonces, apreciamos que la policromía original era mucho más expresiva y bonita que la que se había conseguido con los arreglos o restauraciones. Además, el manto tiene un color rojo mucho más vivo y fuerte; su interior es más rosáceo; y lleva un borde de pan de oro de muy buena calidad. Lo que pasa es que la madera del manto es la más blanda y, en consecuencia, la más dañada por la carcoma.
En el proceso de limpieza.

         ─¿Y del resto de la imagen, qué?
         ─Tenía la cara muy estropeada, repintada, rebarnizada. Los ojos se mostraban inexpresivos, un poco amorfos. Las cejas no expresaban nada. El repintado había anulado su expresividad: el original, lo que había debajo, era mucho mejor y mucho más expresivo.
─¿Y el brazo roto, y aquellas manazas y, sobre todo, aquel dedo tan enorme que individualizaba a esta imagen?
─Cierto que nuestro san Bernabé parecía un hombrecillo a una mano pegado o, más todavía, a un dedo pegado… Pues… le trasplantamos el brazo, cual médicos de la Seguridad Social o similares,  le arreglamos los dedos rotos, y aquel famoso dedo gordo de la mano derecha… se lo arreglamos: le quitamos la hinchazón y le ajustamos el tamaño con material moderno y adecuado para este tipo de operaciones. ¡Y creo que el santo quedó muy apañadito! 


La mano, antes.

Remodelado de los dedos (I)

Remodelado de los dedos (II)
Restaurando la mano.

─Faltaba la peana ─continúa explicando la técnica restauradora─. Estaba rota, dividida en dos.  Y, curioso, en el hueco abierto encontramos trozos de madera y ¡hasta un envoltorio plástico de pan de molde!

La peana antes de la restauración.

Carcoma en la peana.

─Lógico ─digo yo─: el santo es el protector de los cereales, sobre todo del trigo…: pues eso, era como una oración para que no faltase el pan, y un recordatorio para que el santo no se olvidase…
Pues rellenamos el hueco de la peana con polímeros y madera, y quedó firme y segura. En cuanto a los pies: ¡lo que el pobre san Bernabé habrá andado y sufrido! Tenía los dedos visibles de los pies, el resto se los tapa la túnica, rotos o muy estropeados: hicimos de podólogos y se los arreglamos, pero con un poco de ese “no-sé-qué” que por dentro te hace pensar que a lo mejor, a lo peor, al verse con los pies bien, ¡decide san Bernabé recorrer mundo y se nos va de Micieces!
─No lo creo. ¿Dónde va a estar mejor y, sobre todo, más descansado…? ¿Algo más?
Quiero y debo añadir una cosa muy importante para que conste y todo el mundo lo sepa. Todo lo que hemos hecho en la imagen del san Bernabé de Micieces, toda esta restauración, es reversible. Es decir, en cualquier momento, y siempre que lo trate personal técnico, se puede volver a lo que antes era, al original. La pintura, la madera, los barnices, los polímeros… todo se puede eliminar y dejarlo tal y como estaba antes. Aunque estoy convencida de que san Bernabé preferirá estar como es ahora a como estaba antes de la restauración.
Yo también tengo que añadir algo. Creo que ha valido la pena restaurar la imagen. Espero que un día también le llegue su hora a otras imágenes de Micieces, por ejemplo, a la Virgen de la Calle y al san Lorenzo de la ermita del santo. Y, además, otra cosa muy importante: el equipo de restauración la hizo generosamente y de forma gratuita.
Gracias a ti, técnica restauradora miciecense, y haz extensivo este agradecimiento a las demás personas del equipo.
¡Y que san Bernabé siga bendiciendo y protegiendo a Micieces y a su gente, a su campo y a sus cosechas!

                                      José Luis Rodríguez Ibáñez
─11 de junio del 2017─
Después de la restauración.



Al llegar al taller.

























Antes del proceso de limpieza.






Proceso de restauración.




Puedes ver:



Y más sobre Micieces de Ojeda en :



"Micieces es mi pueblo"

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Himno a Micieces de Ojeda